Nos situamos en los años cincuenta, con una de las películas más cara de la historia del cine, como diría John Hammond "no se ha reparado en gastos". La productora Paramount Pictures (Aquí ya nos encontramos en la incursión del cine estadounidense del gran Dino de Laurentis) no escatimó en recursos logrando a los actores más reconocidos del momento (cabe destacar que Audrey Hepburn fue la actriz mejor pagada del momento) así como contar una historia épica sin reparar en el número de extras, como buena coproducción italiana que se preste. El encargado para llevar a buen puerto esta empresa fue el realizador experimentado King Vidor, el cual para asegurar el éxito del film no duda en rodearse de el mejor equipo del momento, el propio Vidor interviene en la elaboración del guión que cuenta con nada más y nada menos que hasta con seis guionistas más, los cuales realizaron una maravillosa adaptación de la novela de Tolstoi.
Mel Ferrer (que participó entre otras en Scaramouche, La caída del imperio romano como obras más reconocidas y Cyrano o El molino rojo con Marisol como obras menores), Henry Fonda (que protagoniza las obras maestras 12 hombres sin piedad, Hasta que llegó su hora o Sólo se vive una vez) como dupla masculina y la anteriormente mencionada Audrey Hepburn encabezan el reparto de este extenso casting, el cuál contaría con otros actores como el español Fernando Aguirre, la sueca Anita Ekberg o los británicos John Mills y Barry Jones, es obligatorio mencionar aunque cuente con muy pocos minutos al actor Jeremy Brett que años más tarde nos deleitaría con la mejor interpretación de la historia de Sherlock Holmes, aquí cuenta con apenas veintitrés añitos.
La historia relata las relaciones entre familias aristócratas de la Rusia zarista, amor, desengaño, sentido del deber y conflictos emocionales entre sus protagonistas, que a su vez se ven envueltos en el estallido de una guerra causada por la marcha de Napoleón hacia la construcción de un nuevo imperio europeo. La fotografía es digna de mencionar a parte, pues gran parte de la belleza del film recae en las impresionantes puestas en escenas de la aristocracia, en las grandiosidad de las batallas y en la crudeza del invierno ruso que se enfatizan con una acertada dirección de la luminosidad y colorido que es captada perfectamente por el equipo dirigido por Jack Cardiff. Mencionar también la música de Nino Rota creador de una de las partituras más rememoradas de la historia del cine, "El padrino"; en "Guerra y Paz" Rota ensalza la grandiosidad y lo épico de la cinta con una música bella y alegre que contrasta con acordes bajos y sombríos de la Marsellesa cada vez que Napoleón aparece en escena.
Todo este notable trabajo hacen de Guerra y Paz un clásico de Hollywood por méritos propios.
La historia relata las relaciones entre familias aristócratas de la Rusia zarista, amor, desengaño, sentido del deber y conflictos emocionales entre sus protagonistas, que a su vez se ven envueltos en el estallido de una guerra causada por la marcha de Napoleón hacia la construcción de un nuevo imperio europeo. La fotografía es digna de mencionar a parte, pues gran parte de la belleza del film recae en las impresionantes puestas en escenas de la aristocracia, en las grandiosidad de las batallas y en la crudeza del invierno ruso que se enfatizan con una acertada dirección de la luminosidad y colorido que es captada perfectamente por el equipo dirigido por Jack Cardiff. Mencionar también la música de Nino Rota creador de una de las partituras más rememoradas de la historia del cine, "El padrino"; en "Guerra y Paz" Rota ensalza la grandiosidad y lo épico de la cinta con una música bella y alegre que contrasta con acordes bajos y sombríos de la Marsellesa cada vez que Napoleón aparece en escena.
Todo este notable trabajo hacen de Guerra y Paz un clásico de Hollywood por méritos propios.
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