La película que lleva por título el nombre de la entrada, es de 2011. Ésta es resultado de la anteriormente realizada en 2005, denominada "La llamada de Cthulhu" y que adaptaba el mundo de H. P. Lovecraft respetando su obra literaria. Respondiendo a estas mismas inquietudes, su dupla realizadora, ya que ambas, aunque intercambiándose los roles, son consecuencia del tándem, Sean Branney y Andrew Leman, en el que el primero, coge esta vez el testigo de la dirección, comparten trabajo en lo que a la adaptación de otra obra literaria del genio norteamiericano.
Lo original de su planteamiento, tal y como ocurriera en la anterior cinta, se encuentra en la utilización del blanco y negro, aunque esta vez sí es sonoro, siendo el resultado final una estupenda fotografía que, acertadamente, logra dotar con un halo pretérito a la cinta. Ello provoca la potencialización de algo en lo que el mismísimo Lovecraft destacaba. La atmósfera cobrando protagonismo ésta y otorgándole credibilidad, a la incipiente construcción de un conocimiento antropológico científico de las tribus autóctonas. Sin embargo se aúna con los intereses de una secta, que actúa de manera encubierta y que pretende conseguir, con la llegada de los "Antiguos", ganarse un puesto de privilegiados espectadores durante el fin del mundo.
Es grato encontrar terror realizado con mimo y artesanía, que aunque no rehuye de las nuevas técnicas, es un trabajo bien elaborado quedando patente en los decorados de estudio utilizados y las maquetas, puesto que no solo se nutre de parajes reales estupendos. Es precisamente el uso de medios tecnológicos lo que interrumpe la armonía al espectador, puesto que no están lo mínimamente a la altura de lo que hoy día se demanda, ya que las criaturas están toscamente implementadas y no responden con fluidez y credibilidad a las escenas en las que se encuentran en pantallas.
Pero si pasamos desapercibido los aspectos fallidos, en lo que a técnica se respecta, artísticamente logra ser un producto muy disfrutable, puesto que el trabajo actoral por ejemplo está muy decentemente defendido y el terror fluye de manera lógica en la narración del relato. Aunque con algunas licencias, el mundo de Lovecraft es respetado, cobrando vida de nuevo y dando una respuesta satisfactoria al público que le de una oportunidad en su visionado.
Una estupenda alternativa al cine de terror, que tan manido y tedioso nos presenta Hollywood actualmente.
Ficha de Filmaffinity